Trabajar la felicidad

Últimamente mis “inestimables compañeras de aventuras caninas” no dejan de inspirarme. Una de ellas estaba hoy radiante, feliz, había tomado una decisión acertada que cambiaria su vida y no cabía en si de gozo. El tema a tratar era la felicidad, porque cuando uno está en ese estado siempre busca perpetuarlo, y me preguntaba mi opinión.

 

Cuando se trata de la felicidad hay clases para todos los gustos, tantas como definiciones que de ella existen. La realidad es que no hay receta definida, pero permitidme que reflexione un momento sobre algún aspecto que lleva a confusión: ¿La felicidad son sólo “momentos” como dicen algunos? Depende de cómo te la trabajes.

 

trabajar la felicidadTenemos muchos roles en la vida, mi compañera de tertulia de hoy tiene al menos el de hija, el de amiga, el de compañera de trabajo, el de trabajadora, el de salir de juerga, el de dueña de un perro precioso (y algo golfo), de hermana, el de pareja, el de ex – pareja también…. todos tenemos capacidad ilimitada de interpretar roles, desempañar labores, y todas ellas tienen un patrón. En cada persona los patrones pueden estar equilibrados o no, según lo que haya vivido, su historia personal, sus capacidades, sus traumas… uno puede ser feliz desempeñando un patrón y profundamente infeliz en otros. Solemos ejercitar más el que nos sale bien, y abandonar los que no, y eso lleva al conocido vaivén emocional que tanto nos descentra.

 

La felicidad son “momentos” si la persona es feliz sólo en uno o dos roles y en los demás no. Hay mucha gente que cree que tiene que ver con la casualidad, yo más bien me inclino a considerar la felicidad como una bonita mezcla entre talento, intuición, trabajo, magia, dedicación, cuidado, atención, amor y entrega…pero sobre todo trabajo interior, conocerse a uno mismo, saber lo que uno realmente desea, trabajar por conseguirlo, y hacerlo en la mayor parte de los roles que uno desempeña en el mundo.

 

El error más común es pretender que la felicidad que se alcanza en una faceta supla las necesidades de ser feliz en otras menos afortunadas. Conseguir ser feliz una y abandonar las demás suele tener un efecto devastador a largo plazo, a no ser que la persona realmente ejercite en su vida uno o dos roles y con eso le baste. Sobre gustos no hay nada escrito.

 

Al final la felicidad es el cociente entre lo que uno desea y lo que consigue, en la conversación de hoy, la frase de mi interlocutora salió nítida: “En este momento de mi vida consigo todo lo que quiero”. Esa es una satisfacción personal muy asociada con la felicidad, aunque hasta para querer y desear hay que saber.

 

Dicen por ejemplo que “el dinero no da la felicidad”, eso es cierto sólo a medias, puede dar la felicidad material, pero evidentemente no la familiar, o la de pareja, o la de realización personal. Pretender que la felicidad de una faceta sea también la responsable de todas las demás es, como mínimo, una ingenuidad. Tampoco la felicidad familiar nos da la de la realización personal, ni la de los amigos nos llena el deseo de la de pareja. La felicidad  es la suma de muchas partes, asi que a mi compañera de aventuras caninas le deseo que ahora que está tan feliz, aproveche el tirón para trabajarse todas las facetas posibles, sobre todo las que le resultan más difíciles, que el bien alcanzado en una de ellas sea la inspiración para trasladarlo a todo lo demás.

Beatriz Fernández del Castillo