La sabiduría oculta en los cuentos de hadas

Un buen cuento de hadas es aquél que inicia al alma en su camino a la felicidad, la sabiduría y la Magia; es como en los sueños, conocimiento cifrado en lenguaje simbólico que se introduce de manera inconsciente en lo más profundo de la psique sin la intervención de la mente racional.

 

cuentos hadas

El lenguaje lógico y analógico de los cuentos

En los primeros años el infante conoce su entorno físico a través de las imágenes y experiencias que percibe a través de sus sentidos. Su lenguaje no es racional sino espacial y sensorio, y su mente va relacionando la experiencia con el resultado.  En estos primeros años les resulta difícil comprender los pensamientos y asociaciones  elaboradas lógicamente, sin embargo reaccionan al lenguaje simbólico y al analógico no verbal de una manera casi infalible, sienten como son las personas en realidad más allá de las apariencias aunque aún no sepan “cómo se llama” eso que perciben.  El prejuicio racional que limita a los adultos aún no se ha desarrollado, y su aprendizaje basado en la experiencia y en lo que captan con sus sentidos les lleva a aprender del ejemplo y no por lo que se les dice.

 

Si hemos de llegar a su mente para instruirle hemos de hablarle en su idioma analógico, el de la imagen, la experiencia, la emoción, el símbolo y el arquetipo, lenguaje que maneja el lado derecho del cerebro, el llamado por algunos el femenino, el Creativo. El pensamiento lógico  lineal y racional es algo que los niños desarrollan más adelante, y a los adultos nos conviene aprender a manejar el lenguaje simbólico y analógico para llegar al corazón de los niños, y así   ayudarles a procesar conocimientos básicos y útiles para su futuro en la vida. No se trata de explicarles un concepto sino de hacerles sentir los resultados o las consecuencias de algo.


Modelos y arquetipos.

Los patrones y arquetipos que muestran los cuentos de hadas son modelos a seguir que nacen de la experiencia de almas que se enfrentaron a los retos de la vida antes que ellos, narran formas de solucionar problemas de supervivencia, creativos o de relaciones, tratan de explicar la vida misma y el camino que recorrerán en sus distintas etapas de evolución.

Algunos cuentos van más allá y tienen tintes iniciáticos y místicos, reproducen no sólo la compleja andadura del alma humana y su relación con lo divino, además dan pistas sobre cómo llegar a ese Arquetipo Superior interno  que nos pondría en comunicación con nuestra parte divina ilimitada. Todos los cuentos que tienen que ver con la Magia y con los personajes de reyes y reinas, príncipes y princesas, nos hablan de esta temática.

Si los niños logran integrar un arquetipo por medio de un cuento,  ni siquiera tendrán que aprender conscientemente  el patrón que representan, sino que les saldrá de forma inconsciente cuando lo necesiten. Por ejemplo, no tendrán  que aprender a ser héroes, el patrón interno despertará solito cuando se vean en una situación en la que tengan que actuar como tales.


Los cuentos y sus personajes como patrones internos

Los cuentos como los sueños beben de la misma fuente, el lenguaje analógico y simbólico. Todos los personajes de un sueño o cuento representan partes internas relacionándose (mi  rey poderoso, mi príncipe heroico, mi enanito limitado, mi caperucita ingenua, etc… ) . Por eso no debemos nunca interpretarlos literalmente, ni identificarnos con un solo personaje, sino entender que todos los personajes somos nosotros. No es que las mujeres sean las princesas y los hombres los príncipes, sino que todo ser humano independientemente de su sexo tiene internamente la versión femenina y masculina del arquetipo o patrón, y para activarlos han de seguir determinadas instrucciones.

Si nos olvidamos de este detalle fundamental, podemos caer en la tentación de pretender reescribir un cuento limitando su mensaje real  y vaciándolo de contenido y sentido, dejando al niño sin el alimento espiritual y psicológico que el cuento lleva implícito.

Cada patrón mostrado en los personajes -sean humanos o animales- representan arquetipos o patrones internos, formas de pensar, sentir y actuar comunes a toda la humanidad. No solo heredamos los genes, también los patrones culturales y familiares que nos determinan el carácter y la personalidad.

Cuando aprendemos a identificar esos patrones como partes internas, y entendemos que se relacionan, se ayudan o entran en conflicto, de pronto todo tiene un sentido en la trama del cuento, nuestra  mente lógica (masculina) comprende a la analógica (femenina) y se produce la magia transformadora del cuento.  En esos momentos lúcidos todo cobra un sentido, entendemos  la moraleja del cuento, las causas y efectos, y todo encaja.

Los buenos cuentos llegan a inconsciente del niño sepan los padres o no lo que simbolizan, más si ellos comprenden la intención y el sentido del cuento,  pueden ayudar a recibir mejor su contenido. No se trata de que “se lo expliquen racionalmente”, sino que hagan énfasis con su lenguaje corporal y entonación en las partes claves del cuento para generar emoción y facilitar que el mensaje sea  mejor integrado.


Fomentemos su creatividad

Y para terminar una reflexión. Cuando escuchan cuentos los niños realizan una función imprescindible para el desarrollo de su Creatividad, trabajan activamente en la creación de sus imágenes, las viven, las experimentan y aprenden con ello activando innumerables zonas de su cerebro. No es una película que le dan hecha, sino que ejercitan  su imaginación, sus emociones y actitudes,  aprendiendo a ser creadores activos de su mundo interno, y no meros espectadores.

Contémosles pues a los niños muchos de esos cuentos, sobre todo aquellos que les transmiten buenos valores, pues  son semillas de sabiduría que germinarán algún día, dándoles las herramientas espirituales, mentales y  emocionales que se activarán físicamente cuando les sean necesarias en su vida futura.

Beatriz Fernández del Castillo

Curso relacionado:

«La interpretación simbólica de los cuentos de hadas».

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