Aqui todos somos responsables

Aqui todos somos responsables:

Con todos mis respetos y sin ánimo de ofender, sino más bien de reflexionar y aclarar las ideas, voy a generalizar y exponer la megaproyección de este país llamado España, que se pasa el dia viendo la paja en el ojo ajeno sin percatarse de la viga en el propio. No sé de qué nos extrañamos por cosechar EXACTAMENTE lo que hemos sembrado, se llama LEY DE CAUSA Y EFECTO. Todos podemos indignarnos con los demás porque es bueno reconocer los defectos ajenos, pero a la vez hemos de responsabilizarnos de los propios porque es justo y necesario para emprender el siguiente paso en la vida con inteligencia.

 aqui todos somos responsablesNo sé por qué se quejan los indignados de la falta de excelencia de los gobernantes y banqueros de prestar a quien no debían, tomar riesgos por encima de sus posibilidades, abusar del poder y sus prebendas, pues el pueblo es el primero que ha usado todas esas facilidades ficticias para crecer, poner negocios, comprarse casas, vivir por encima de  unas posibilidades que no se podían permitir, y dejar que una clase política haga y deshaga sin vigilancia durante décadas.

No sé por qué se quejan ahora los políticos de los indignados cuando ellos han estado indignándose unos contra otros y  enfrentándose en lugar de colaborar. Tampoco sé porque piden al pueblo que se apriete el cinturón y sean razonables y miren el largo plazo  cuando ellos han abusado de prebendas, sobresueldos y pensiones que negaban al resto de los ciudadanos, y buscado en sus decisiones el propio beneficio político en base a cuatro años de legislatura. Sin hablar de que son los que han legislado permitiendo el despilfarro, la corrupción del suelo, y creado -con el beneplácito de sociedad y bancos- el sistema productivo de todo un país basado en sectores tan  limitados como el inmobiliario y la explotación de la naturaleza. Y no hablemos del enorme gasto de unas instituciones megalómanas, en algunos casos duplicadas y a menudo ineficientes.

No sé por qué se quejan los banqueros de que no se les devuelve el dinero que han prestado, cuando ellos lo han hecho a un riesgo inaudito, buscando el beneficio a corto plazo y obviando el largo plazo, igual que sus clientes, igual que los políticos, cuando han traicionado la confianza de sus clientes y propiciado un crecimiento ficticio basado en un optimismo vacío. El verdadero optimista es el que enfrenta los problemas y cree en su capacidad para resolverlos, el falso es el que no los reconoce y los oculta esperando que la providencia le provea de lo imposible.

No sé por qué todos se quejan de todos si en esencia todos hacen lo mismo en sus pequeños mundos separados de los demás, sin ver el cuadro completo, ni tan siquiera la pieza con la que cada uno contribuye, excusándose a si mismos en lugar de hacerse conscientes de su parte de responsabilidad en este desatino colectivo.

No sé por qué nos quejamos todos cuando hemos vivido en base al patrón del beneficio a corto plazo sembrado de excesos, que ha provocado un colapso a largo plazo cosechando defectos.

No sé por qué este país llamado España sigue prefiriendo ser VICTIMA de si mismo y su estrechez de miras a RESPONSABLE de su genio, creatividad y productividad sin límites, culpando esta vez a otros países, a otras sociedades, a Dios o al diablo, menos a si mismo.

No sé por qué usamos energía para abrir heridas del pasado en lugar de utilizar esa misma en construir un nuevo futuro, nuevos recuerdos y vivencias colectivas sin vaivenes y beneficiándonos todos de la excelencia de los demás además de la propia.

No sé por qué los independentistas malinterpretan el deseo de unión que el  resto de España tiene respecto a ellos como una afrenta o un ataque, en lugar de como un reconocimiento y deseo de colaborar, convivir en paz y construir juntos algo más grande y fructífero.

No sé por qué aún “el pueblo” busca “un trabajo para ganarse la vida” en lugar de reinventarse a si mismos y construirse un trabajo en base a una misión de vida, basando su actividad en su mejor talento, poniendo como objetivo la propia excelencia y ofreciéndola a la colectividad. Si todo el mundo hiciera eso no habría paro. Hasta para recoger cebollas y barrer calles hace falta arte, hasta para reconocer la excelencia en las tareas más humildes hace falta sabiduría.

No sé de qué se quejan los antisistemas si en su mayoría no han contribuido a él, no lo conocen y por lo tanto no saben cómo mejorarlo, es más fácil criticar que trabajar por un futuro mejor ofreciendo soluciones reales y no utopías basadas en cortinas de humo. Para mejorar un sistema hace falta hacerlo desde dentro, aceptar lo que hay, e innovar desde que uno se levanta hasta que se acuesta, perfeccionando, creando y puliendo sin descanso un futuro mejor. Esto que cosechamos es el resultado de lo que nuestros padres crearon, es tiempo de crear nosotros algo para que nuestros hijos hereden un planeta y una sociedad sana, y no una sumida en la autocomplacencia y en el victimismo.

No sé por qué nos quejamos de que no hay innovación si los dineros se van para mantener lo obsoleto y contaminante en lugar de para apoyar y financiar lo que haría de esta sociedad una gran fábrica de nuevas formas de vida y trabajo, puntera, innovadora, respetuosa con el medio ambiente y extremadamente eficiente. La frustración de no encontrar la propia excelencia desemboca en la búsqueda de consuelo en los excesos, lo vano, lo superficial, lo cutre, aceptar lo viejo conocido en lugar de lo bueno por conocer.

Podemos quejarnos de los demás para aprender lo que NO hacer cuando estemos en su lugar, mientras aceptemos también la propia responsabilidad en nuestros errores. La responsabilidad que nos corresponde es directamente proporcional al grado de poder que cada uno de estos grupos ostenta, a más poder mas responsabilidad. Por eso el pueblo se siente más victima y con trazón, pues tras las elecciones es el que ostenta la menor cuota de poder de todos, solo nos queda  la obligación de aprender a elegir mejor en el futuro. En aras de esa responsabilidad por el poder que se les otorga tanto político como económico, el gobierno electo, politicos y banqueros deben obligarse a si mismos a la máxima eficiencia y pulcritud en su gestión de lo público.

Dejémonos de excusas, aceptemos TODOS la responsabilidad de la propia vida y los errores cometidos sea por ignorancia o por premeditación. Seamos justos, que cada uno haga su trabajo BUSCANDO EL BIEN COMÙN ADEMÁS DEL PROPIO, EL BIEN A LARGO PLAZO ADEMÁS DEL CORTO, LA EXCELENCIA DE LOS DEMÁS ADEMÁS DE LA PROPIA, y ya no habrá tiempo para seguir siendo víctimas. El que está ocupado en sus proyectos no tiene tiempo para proyectarse negativamente. A cada uno lo suyo…. LA SEMILLA DE LA PROPIA EXCELENCIA ESTA EN EL CUMPLIMIENTO DE LA QUE LE PEDIMOS A OTROS, sea el que sea el papel que desempeñemos en la sociedad. Aquí todo el mundo es responsable, todos tenemos creatividad infinita con la que contribuir a un nuevo paradigma. “Borrón y cuenta nueva” para todos, y a arrimar el hombro, que ya es hora.

Beatriz Fernández del Castillo