Este sueño es de un estudiante, lo tuvo hace unos años, y se preveía que su viaje espiritual iba a ser cuanto menos accidentado y entretenido. Un sueño con una rica simbología, ¡lo vais a disfrutar!
Maté al dragón
Voy con una chica, estamos pasando pruebas y obstáculos, subimos por montículos de arena, luego se ven unos pinchos o cuchillos que salen de la tierra y que saltamos por encima, caminamos por encima de un barrizal, etc… Después de pasar por estas calamidades, se ve una especie de castillo cruzamos el foso que está seco, y se ve la puerta de madera del castillo de esas que se abren para arriba, está mal cerrada y nos colamos (o me cuelo yo solo, aqui dudo) por debajo….
Dentro (no veo a la chica) hay un templo o catedral de dimensiones colosales, miro para arriba y veo una bóveda acristalada por dónde entra una luz blanca preciosiiisima…
Justo debajo de esa luz miro para adelante, está oscuro, en ese momento aparece volando un dragón que sale detrás de una gran puerta cerrada. Viene hacia mi amenazante y pienso en ese instante….o le mato o me mata, (no tengo miedo), se acerca a mí y luego se va volando desapareciendo detrás de la puerta….
Lo siguiente que recuerdo es estar colgado arriba de una puerta de madera gigante, el combate no se está desarrollando en tierra sino en las altas esferas, abro una trampilla (en la puerta) el dragón que esta por detrás mete la cabeza gira a izquierda y a derecha , no me ve, yo estoy por debajo de él. En ese momento saco la espada (es una espada medieval) alzo totalmente mi brazo derecho y le atravieso el cuello, veo como cae haciendo círculos, girando sobre si mismo, tengo la sensación que la espada va con él….estoy a tanta altura que no termino de verlo llegar al suelo…. no sé lo que había detrás de la puerta, no llego a verlo.
Finalmente estoy en el suelo, agarro a la chica de la mano y me voy muy feliz.
Interpretación:
Este sueño muestra un viaje iniciático, describe el patrón de búsqueda espiritual del soñador con precisión, un viaje con dificultades e incomodidades (cuestas), peligros (cuchillos etc)… y sufrimientos (barro), hasta llegar al Castillo, que representa la morada del alma.
La lucha entre la luz y la sombra.
Al entrar es un gran templo o catedral de grandes dimensiones, es decir, la descripción de su patrón de búsqueda espiritual. Una gran bóveda con una luz preciosísima símbolo de conexión con su luz interior, convive junto a una gran oscuridad en dónde vive un dragón que custodia una puerta. Es muy común la creencia que el que tiene gran luz también posee una gran oscuridad interior, y eso es cierto en personas que no conocen su lado oscuro y lo combaten como en este caso, en lugar de transformarlo por medio del amor.
Esta creencia eso solo es cierta en el sistema vaivén basado en la creencia del bien y del mal tan extendido en nuestra cultura. El verdadero trabajador de la luz busca la ilimitación y ésta no tiene bloqueos negativos, no produce sombra en la conciencia, donde hay luz las sombras no se acentúan sino que desaparecen.
Imagina dos habitaciones contiguas separadas por una puerta, una de ellas con luz y la otra oscura. Si abriéramos esa puerta la luz inundaría la habitación oscura, y no al revés. Toda la vida nos han hecho creer que la oscuridad podría en un momento dado vencer a la luz, pero eso es materialmente imposible.
Por un proceso análogo, cuando nos hacemos conscientes de lo programado en la sombra de nuestro inconsciente abrimos esa puerta de comunicación, nuestra oscuridad se ilumina, podemos darnos cuenta de nuestros procesos mentales negativos que son la base de nuestras limitaciones y negatividades, y tenemos la opción de reprogramarlas y recuperar nuestra verdadera naturaleza ilimitada.
El dragón no es más que la representación del rechazo a nuestra propia oscuridad, una negatividad que se disiparía si abriéramos la puerta a la confianza de saber que nuestro inconsciente guarda la llave del tesoro, nuestro poder ilimitado. En la práctica eso se hace siendo conscientes de nuestros procesos mentales y emocionales negativos, aceptando nuestros errores y limitaciones, para iluminarlos y transformarlos con inteligencia y amor en evolución y creatividad positiva y constructiva. Es muy importante reconocer nuestros errores y limitaciones para poder convertirlos en aciertos, el que no lo hace se convierte en víctima de si mismo.
Sin su lado femenino hay lucha interna.
Volviendo al sueño, la mujer que le acompaña, su parte femenina, no está presente durante la lucha, sino solo durante el camino, de ida y de vuelta. En la lucha contra su dragón el soñante no utiliza su lado femenino, su amor, su intuición, solo el masculino, su lado más racional y de acción.
En la morada de su alma hay una gran bóveda por donde entra una preciosa luz, un indicio de que una parte de él tiene verdaderos deseos de iluminación, pero al mismo tiempo su dragón interno está activo y plantándole batalla, señal de que su viaje espiritual será duro, pues lo hace desde el rechazo a su sombra en lugar de integrándola por medio del amor y el conocimiento.
El dragón y su simbología
El dragón representa la parte inferior de nuestra naturaleza, y sin embargo es dónde reside la fuerza, la potencia y la energía capaz de crear en la materia. El «dragón” interno (ego para los amigos), habita en la sombra de nuestro inconsciente, y necesita ser educado y conquistado para que sirva a nuestra naturaleza superior, a la luz y el bien; ése es el cometido al que nos enfrentamos diariamente.
Cuando el dragón aparece amenazante en sueños es señal de que aún en nuestra sombra hay patrones negativos que destruyen nuestro lado divino ilimitado. Cuando aparece servicial y amable representa el ego educado y elevado al servicio del Ser Superior.
Si el principio masculino superior en evolución (el príncipe que aún no es rey o el caballero) logra conquistarlo y deja de ser un monstruo destructor y se convierte en un fiel servidor, es señal de que hemos vencido al caos y el orden interno se ha establecido. En ese momento despertamos a la princesa (el alma dormida) con un beso de amor, y nos convertimos en dueños de nuestro destino. Esto no es un cuento de hadas, es la historia del proceso de liberación nuestra verdadera naturaleza interna superior basada en el bien.
El dragón suele aparecer como el guardián de un tesoro de enorme riqueza material o espiritual como el santo grial, y para acceder a él hemos de franquearle, tal y como aparece en este sueño en el símbolo de la puerta que está justo debajo de la luz. Muchas tradiciones espirituales o religiosas hablan de matar al dragón/ego para acceder a la iluminación, cuando es él el que permite llegar a todo nuestro potencial creativo en este plano material de conciencia.
En este sueño se ve claramente que si uno mata al dragón/ego no consigue acceder a aquello que se encuentra detrás de la puerta. El soñante decapita al dragón y durante la lucha pierde su espada -que representa su discernimiento, su capacidad para distinguir lo positivo de lo negativo- la pierde en las profundidades de su conciencia.
Educar al Ego para convertirlo en servidor del Ser Superior
El rechazo y la falta de amor hacia uno mismo convierte toda la fuerza y poder del ego en destructivo. La fuerza no está en la lucha y en la separación, sino en la unión del Ego y el Ser en el amor. Cuando nos amamos el dragón se convierte en una fuerza creativa de poder sobrenatural que nos permitiría convertirnos en magos. La persona que es capaz de dominar su naturaleza inferior y convertirla en superior tiene la llave del reino interior y de la creatividad. .
Mientras experimentemos el plano material y nuestra capacidad para crear en él, el ego debe vaciarse de patrones limitados, ser iluminado, amado y educado al servicio del Ser Superior, como un hijo/hija que ejecuta la ley del padre/madre, pues sólo él/ella tiene contacto con los planos superiores de conciencia y puede guiarnos acertadamente. El Ego ha de programarse con los patrones ilimitados del Ser y ejecutarlos, sin esa guía superior genera un Ser Humano sin visión que va a tientas en el plano material, abrumado por las dudas, preguntándose siempre de dónde viene, adónde va, y para qué está aquí, aprendiendo mediante el ensayo/error, en lugar evolucionar y experimentar canalizando su parte divina ilimitada.
El soñante se encuentra en esta disyuntiva, el sueño le indica que matando al dragón se va sin acceder a lo que hay detrás de esa puerta que guarda el dragón, un misterio que seguirá por el momento cerrado para él. Para encontrarse con el dragón servicial, con el poder interno al servicio del bien y del amor, uno debe entregarse a la tarea de autoeducarse, de dominar su naturaleza inferior para ponerla al servicio de la superior, limpiar su mente de negatividad hasta poder canalizar el verdadero Poder que radica en su Ser Interno.
Os dejo con un vídeo la mar de interesante en el que el mismo soñante en su búsqueda interior, encontró parte de su simbología.
La Otra Realidad – En busca del Grial (Fernando Jimenez del Oso)
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Beatriz Fernández del Castillo